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BARRIO DE SANTA CRUZ, CALLES, PLAZAS Y RINCONES LLENOS DE BELLEZA (II)

Comenzamos la semana pasada un largo recorrido por uno de los barrios más emblemáticos de Sevilla, el barrio de Santa Cruz, donde llegaremos en poco tiempo a pie desde nuestro apartamento turístico de calidad en Sevilla. Entramos por el Patio de Banderas, el que fuera patio de armas del Real Alcázar, y pasearemos por calles y plazas llenas de belleza y leyendas hasta desembocar en los Jardines de Murillo.

Recordemos que este lugar fue la antigua judería y que, tras la expulsión de la comunidad hebrea de España tras el edicto de los Reyes Católicos, el entorno sufrió un importante deterioro que obligó a su restauración en el siglo XX. Hoy es uno de los espacios más visitados de Sevilla, por sus encantos y por estar muy cerca del triángulo que forman el Alcázar, la catedral y su Giralda y el Archivo de Indias.

Uno de los lugares que nació con la restauración del barrio fue la plaza de doña Elvira, uno de los enclaves más famosos de este barrio cercano a nuestro apartamento turístico para toda la familia en Sevilla, que en el siglo XVII acogió un famoso corral de comedias y, según la leyenda popular, la vivienda de don Gonzalo de Ulloa, uno de los protagonistas de la obra de Tirso de Molina ‘El burlador de Sevilla’, que recoge el mito de don Juan Tenorio, sin duda el personaje más universal del teatro español. Su relación con el mundo de las letras se amplía al haber sido durante 10 años hogar del poeta Luis Cernuda, en cuya casa hay un azulejo que deja constancia de ello.

La calle Pimienta, dedicada a don José Sebastián y Bandarán, canónigo de la catedral de Sevilla, fue hogar de personajes tan famosos en la ciudad como la gran actriz del siglo XX doña María Guerrero y el torero Currito de la Cruz, es otro de los lugares imprescindibles del barrio de Santa Cruz. Se trata de una de las calles más estrechas de la ciudad (es una temeridad aventurarse en ella al volante de un coche) que conecta el Callejón del Agua, del que hablaremos la próxima semana, con la calle Gloria.

Son varias las leyendas de acompañan a la calle Pimienta, a tiro de piedra desde nuestro apartamento turístico en el centro de Sevilla, y que tienen que ver con su nombre. Una nos presenta a un comerciante judío que habitaba en ella y que atribuía a Yavéh la desdicha de su negocio, dedicado al mercado de las especias. Por ello, blasfemaba de manera reiterada. Hasta que un día pasó por allí un caballero que, al escucharlo, lo reprendió con dureza. Avergonzado, el comerciante, consciente de su error, se puso a llorar. Y de sus ojos no brotaron lágrimas, sino plantas de pimienta.

Otra habla de que ese mismo comerciante reprochaba a Yavéh que, en épocas de hambruna en la ciudad, nunca recurriera al árbol de la pimienta. Sin embargo, al aparecer de manera inexplicable un ejemplar de esta planta en el patio de su casa, tuvo que retractarse y, como agradecimiento a Dios, bautizó la calle como ‘Pimienta’. La tercera, y quizás la más verosímil, es que recibe tal nombre porque allí vivía el caballero de la Pimienta.

Hablamos antes de lo angosto de la calle Pimienta, y ahora descubriremos otras de las calles más estrecha de Sevilla (el punto más ajustado mide 106 cm), la calle Reinoso. Aunque nadie la conozca con ese nombre. Ya que popularmente recibe el apodo de calle de los besos. Cuenta la leyenda que, debido a la cercanía de los balcones de los edificios de uno y otro lado, los vecinos podían saludarse dándose besos. En el siglo XVIII se llamó calle del Moro Muerto. Une la plaza de los Venerables, donde se halla el histórico hospital del mismo nombre, con la calle Lope de Rueda.

Un hospital, fundado hace más de 3 siglos para acoger a clérigos ancianos y desvalidos, que merece un ratito de atención. Y es que, junto a la belleza del inmueble con sus estancias, sus refrescantes patios y a su apasionante historia, en su interior alberga el célebre Centro Velázquez, y una interesante colección de arte contemporáneo, situada en la que fuera una de las enfermerías del centro, con obras de artistas tan importantes como Luis Gordillo, Carmen Laffón, Pérez Villalta o Ramón Gaya.

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