Alcazar

El Alcázar, residencia de Reyes y testigo de la historia de Sevilla

Visitamos hoy en nuestro blog uno de los espacios más emblemáticos de la historia de Sevilla, un lugar en la que disfrutar unos días alojados en un apartamento turístico con encanto y en el centro de la ciudad. Con más de mil años de historia entre sus paredes, el Alcázar de Sevilla puede ser considerado un de los edificios más singulares del mundo. La singularidad de sus estancias y sus impresionantes jardines nos permiten recorrer buena parte de la historia de España. En ellos resuena el eco de los pasos de al-Mutamid, quien fuera rey de la Taifa de Sevilla, además de un notable poeta que hizo florecer la cultura en la ciudad; de Fernando III el Santo, conquistador para el cristianismo de Sevilla, Córdoba y Jaén; de Pedro I, conocido como -el Justiciero- por sus seguidores y -el Cruel- por sus detractores; de Isabel la Católica, gran impulsora de la Reconquista y del descubrimiento de América; o del Emperador Carlos V, quien gobernó sobre uno de los mayores imperios de la historia.

Testigo del transcurrir de los siglos por Sevilla, el Real Alcázar ha sido siempre un centro de poder. Declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, junto a la Catedral y el Archivo de Indias, aún posee en su interior dependencias reales en uso, que han acogido a monarcas (es la residencia de los Reyes de España cuando visitan la ciudad) y a altas personalidades y que lo convierten en el palacio real en activo más antiguo de Europa. Igual que la ciudad acoge a sus visitantes en alojamientos turísticos de Calidad y a buen precio. Además, cuenta con el encanto de estar al lado de la catedral y la Giralda y del Archivo de Indias y de sentir el bullicio cercano de la antigua judería, conocida y admirada hoy como barrio de Santa Cruz.

Sus primeras piedras se levantaron sobre un antiguo asentamiento romano ocupado más tarde por los visigodos. También en aquellos primeros tiempos fue una basílica paleocristiana en la que sería enterrado San Isidoro. No empezaría a tomar el aspecto que conocemos hoy en día hasta la llegada de los árabes a la ciudad en el año 713. Uno de sus palacios es contemporáneo en el tiempo a la Alhambra de Granada. Más tarde, tras la Reconquista, el complejo perteneció a los diferentes reyes que gobernaron en España. Pero serían Alfonso X el sabio, quien hizo las primeras reformas con la construcción de tres grandes salones góticos, y Pedro I, quien mandó construir el maravilloso Palacio Mudéjar, aquellos que dejarían una mayor impronta.

De época musulmana son los muros que rodean el Patio de Banderas, la portada original, el Palacio del Yeso y una parte importante del Palacio del Crucero. El primer edificio que significó la transición entre ambos periodos fue el Palacio Gótico, mientras que en la antigua alcazaba se seguían habitando los edificios heredados de la presencia árabe sin casi modificar su fisonomía. Sería el ya mencionado Pedro I quien cambiaría este orden preestablecido, convirtiendo, además, su Palacio Mudéjar en el corazón, tal y como ha llegado a nuestros días, del Alcázar.

Una de las leyendas que giran alrededor del Alcázar tiene que ver con su historia. Recoge como el rey Pedro I, casado con Blanca de Borbón, y ante los rumores que circulaban de la infidelidad de ésta, cito al supuesto amante, su hermanastro Don Fadrique, en los Reales Alcázares. Los ballesteros del monarca tenían la orden de matarlo, pero no llegaron a conseguirlo. Sin embargo, en la huida, Don Fadrique tropezó y se dio un fuerte golpe en la cabeza muriendo desangrado en la conocida como Sala de la Justicia. Al no estar aún pulido el suelo, parece que el mármol se empapó de la sangre y que la mancha aún es visible para quienes visitan el monumento.

Compartir este Post: