Hablar del Parque Nacional de Doñana es hablar, por supuesto, de las provincias de Huelva y de Cádiz. Son ellas las que acaparan todo el protagonismo cuando se menciona este espacio natural que alberga uno de los ambientes más ricos y singulares de España, el humedal, del que es quizás su máximo exponente en Europa. Se establece sobre la depresión del río Guadalquivir y cuenta con un alto grado de diversidad biológica y con tres grandes sistemas ecológicos: marismas, dunas móviles y cotos.

Pero Doñana también es Sevilla, ciudad donde alojarnos en unos apartamentos turísticos con encanto que nos servirán de campamento base en nuestro paseo por este enclave que cuenta con una gran diversidad de paisajes y alberga una rica variedad de especies animales.

La primera parada la haremos en los pinares de Aznalcázar, antesala forestal de unas 12.000 hectáreas del Parque Nacional, para descubrir después los arrozales de Isla Mayor. La segunda etapa nos llevará a la Cañada de los Pájaros y la histórica villa rociera de Villamanrique de la Condesa.

Un viaje por la Doñana sevillana, a muy pocos kilómetros de nuestro apartamento en el centro de Sevilla, que no nos dejará indiferentes y que gustará tanto a mayores como a pequeños. Incluso, aunque no sea la época de la Romería del Rocío, nos acercaremos al Vado del Quema, lugar del río Guadiamar donde cada año se bautizan los nuevos romeros que acuden a profesar su fe ante la Reina de las Marismas.

Los pinares de Aznalcázar, en pleno corazón del Aljarafe sevillano, son una amplia zona forestal, una de las mayores de la provincia, que sirve de antesala al Parque Nacional de Doñana, pero también a espacios naturales de la importancia de la Dehesa de Abajo o el Corredor Verde del río Guadiamar.

Una zona que alberga un buen número de especies silvestres y que cuenta con infraestructuras de uso público que nos permitirán un buen número de posibilidades para el disfrute en familia al estar muy cerca de nuestro alojamiento de calidad en Sevilla. La especie vegetal que domina este espacio es el pino piñonero que, introducido por el hombre para su explotación, fue ganando terreno a la vegetación mediterránea autóctona, formada por encinas, alcornoques y acebuches.

Atraviesa los pinares el arroyo Majalberraque, afluente del Brazo de la Torre, afluente a su vez del Guadalquivir por su margen derecha. Dentro de las especies animales es posible observar rapaces como el águila calzada, el milano negro o el búho chico. A unos 5 kilómetros, que pueden recorrerse a pie o en coche por un sendero no asfaltado, nos encontramos con el Vado del Quema, referente de muchas hermandades en su camino de peregrinación al Rocío.

Nuestra siguiente parada, a escasa distancia en coche de nuestros apartamentos turísticos en el centro de Sevilla, son los arrozales de Isla Mayor, una gran extensión de zona agrícola, de unas 36.000 hectáreas, dedicada al monocultivo del arroz. Durante la primavera se trabaja en la preparación de unos campos que, llegado junio, acaban inundados, convirtiendo lo que parece un desierto en un auténtico paraíso para las aves. Una inundación que se mantiene durante los meses de invierno. El número de aves aumenta de manera exponencial a comienzos del mes de septiembre, cuando arrancan las tareas de recolección del arroz. En la zona podemos contemplar especies, atraídas por el gran número de invertebrados y pequeños vertebrados que viven en esas aguas, como garza imperial, garcilla cangrejera, avetorrillo, aguilucho lagunero, flamenco, espátula, cigüeña negra, morito, pagaza piconegra, canastera, martín pescador, pechiazul y gorrión moruno.