Setas de sevilla

Plaza de las setas, un proyecto polémico y un emblema de la ciudad

El que en su día fuera un controvertido proyecto que despertó airadas protestas entre los defensores de la tradición de Sevilla, donde podemos encontrar algún alojamiento con encanto, se ha convertido ahora en un emblema de la ciudad y uno de los espacios más visitados por quienes deciden visitar la capital de Andalucía. Ubicado en la conocida durante generaciones como Plaza de la Encarnación, el proyecto Metropol Parasol ha conseguido rebautizar este espacio con el popular nombre de plaza de las Setas. El apodo se debe a la forma característica en forma de hongos que presenta su gigantesca estructura de madera y hormigón.

Esta céntrica plaza, muy cerca de unos apartamentos turísticos de calidad para toda la familia, albergó en otros tiempos el convento de la Encarnación. Su derribo en 1810 conformó un amplio espacio en el que se integraron zonas colindantes, tales como la plaza de Don Pedro Ponce, al acceso a la calle Regina y un tramo de José Gestoso. Sería en 1845 cuando, con la reforma general del callejero, pasaría a llamarse plaza de la Encarnación.

Su forma rectangular se ha visto sometida a diversas remodelaciones a lo largo de los años como la construcción en 1820 de un gran mercado de abastos o el cambio continuado de su pavimentación, pasando del empedrado al embaldosado y de ahí al adoquinado y el cemento. También llegó a contar con un jardín circular presidido en su centro por una fuente. Su peor imagen se extendió desde 1948, cuando se derriba el tercio meridional del mercado y el solar es protegido con vallas metálicas, hasta que llegó el proyecto Metropol Parasol.

Corre el año 2004 y el Ayuntamiento decide recuperar un espacio con tanta tradición. Convoca para ello un concurso internacional de ideas, que debe aunar un mercado de abastos, un museo arqueológico que ponga en valor los restos encontrados de los periodos romano e islámico en el solar y una plaza pública para el disfrute de sevillanos y visitantes, del que sale vencedor el arquitecto berlinés Jurgen Mayer. Estaba destinado a convertirse en la estructura de madera más grande del mundo y en un foco de polémica para todos aquellos que pensaban que tanta modernidad no iba a tener cabida en plena Sevilla clásica. Sin embargo, hoy en día es uno de los lugares con mayor animación de la ciudad y uno de los grandes atractivos para los turistas, que además agradecen que esté muy cerca de cualquier alojamiento turístico en el centro de la ciudad.

El monumento está estructurado en cinco niveles. En el primero se encuentra la tienda oficial Setas de Sevilla y el Antiquarium, una especie de museo arqueológico que contiene los restos que la primera fase de construcción de Metropol Parasol dejó al descubierto y que datan de gran parte del periodo romano, así como una casa islámica almohade. Está diseñado en tres grandes áreas: un paseo que se realiza a través de 400 metros de pasarelas y donde se empiezan a atisbar los restos encontrados; una sala donde se ven una factoría de salazones del siglo I, el conjunto de casas y calles romanas de los siglos II al VI, la Casa Almohade de la Noria del siglo XII-XIII, y otros elementos tales como mosaicos, hornos, fuentes..., y una zona multiusos para albergar grandes eventos culturales.

En el segundo nivel está el mercado y un buen número de locales de restauración en los que degustar la rica gastronomía sevillana. Sobre este se levanta una plaza pública que se ha convertido en un punto de encuentro para sevillanos y visitantes. El cuarto nivel está conformado por el inicio de la visita a las pasarelas, un pequeño bar y una zona destinada a todo tipo de eventos de unos 500 metros cuadrados.

Finalmente, quizás uno de los grandes atractivos de esta construcción, el mirador situado a casi 29 metros de altura que ofrece unas vistas inmejorables de Sevilla, ciudad en la que encontrar apartamentos turísticos de calidad y con encanto para alojarnos. Para acceder a este es necesario bajar hasta la zona del Antiquarium y coger el ascensor. Convertido en un importante reclamo turístico desde él descubriremos vistas singulares de los puentes sobre el río Guadalquivir, la catedral y su Giralda, de la Iglesia Colegial del Divino Salvador o de las cubiertas de la vecina Iglesia de la Anunciación, templo renacentista en cuya cripta, conocida como Panteón de Sevillanos Ilustres, está enterrado, entre otros, el poeta y escritor Gustavo Adolfo Bécquer.

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