Se acerca un largo puente festivo que, a los afortunados que lo vayan a poder disfrutar, nos invita a hacer el equipaje y marcharnos con la familia o los amigos a conocer nuevos lugares o a revisitar algunos que ya conocemos. Sevilla, que para muchos vive sus momentos de mayor esplendor en las épocas de otoño, donde las buenas temperaturas se resisten a marcharse mientras en otros lugares el frío ya lleva un tiempo instalado, y primavera, momento que anuncia la llegada de sus fiestas más importantes, la Semana Santa y la Feria de Abril, y ya empieza a llenarse el ambiente de olor a azahar, es un destino muy a tener en cuenta para estos días de ocio y descanso que se avecinan.

La capital de Andalucía tiene muchas cosas que ofrecernos, tanto si viajamos con amigos, en pareja o con toda la familia. Y tanto si tenemos 20 años, como si ya hemos superado los 40 o estamos disfrutando de la jubilación. Turismo cultural y patrimonial, turismo de diversión, turismo religioso, turismo gastronómico, turismo rural… En definitiva, TURISMO con mayúsculas. Y alojamiento en apartamentos turísticos con encanto, con el encanto que le otorga estar ubicado en un edificio regionalista diseñado por el arquitecto Aníbal González en 1920, en una ciudad que el periódico británico ‘The Guardian’ ha situado como uno de los mejores destinos para pasear.

Y no es de extrañar. Sevilla, donde podemos alojarnos en unos apartamentos turísticos para toda la familia, se nos presenta como una ciudad amable para el visitante. El tráfico, por ejemplo, está muy restringido en uno de los espacios más turísticos, como es el entorno de la catedral, que nos maravilla con su Giralda y su patio de los naranjos y que, considerada el templo gótico más grande del mundo, guarda en su interior un buen número de tesoros resaltados por su imponente majestuosidad; y del Alcázar, con sus magníficas estancias y sus frondosos jardines que albergan más de 190 especies vegetales de los cinco continentes.

Un espacio en el que también encontramos el Archivo de Indias, que guarda en su interior buena parte de la cronología del descubrimiento del Nuevo Mundo con una colección visitable de más de 8.000 mapas y 43.000 legajos, conformando todos sus documentos más de 80 millones de páginas originales que permiten profundizar en más de tres siglos de historia; la acogedora y refrescante Puerta de Jerez, que en otro tiempo fue puerta de entrada al recinto amurallado de la ciudad para quienes llegaban por el camino de Jerez de la Frontera, o el histórico edificio de la Fábrica de Tabacos, hoy sede de la Universidad de Sevilla y escenario imaginario de la vida de la hermosa gitana que protagoniza la ópera ‘Carmen’ de Georges Bizet.

También es único pasear por el barrio de Santa Cruz, que fuera la antigua judería de Sevilla, donde en época de Fernando III de Castilla se concentraba la segunda comunidad hebrea más importante de España tras la de Toledo, y una zona con un encanto especial para quien recorre sus estrechas calles y contempla rincones como la Plazuela de Santa Marta, el Patio de Banderas, el Callejón del Agua, la calle de las Cruces… ; por la Plaza de España, obra más emblemática del arquitecto sevillano Aníbal González, y por el Parque de María Luisa y descubrir los bellos edificios que formaron parte de la Exposición Iberoamericana  de 1929; o disfrutar del ambiente joven que convierte la Alameda en uno de los mayores espacios de ocio de la ciudad, lugar que se encuentra a un agradable paseo desde nuestro cómodo y moderno apartamento turístico en Sevilla.

Durante nuestra visita resulta casi obligado acercarse a conocer la plaza de la Encarnación, donde se encuentran ‘las setas’, un edificio modernista y singular que alberga un mirador en altura desde el que se contempla una perspectiva única de la ciudad; o sumergirse en el turismo religioso que ofrecen las muchas iglesias que albergan las imágenes (el Gran Poder, las Esperanzas Macarena y de Triana, el Cristo de los Gitanos, el Cristo del Amor o el de la Expiración, más conocido como ‘el Cachorro’…) que cada Semana Santa convierten a Sevilla, donde podemos alojarnos en unos apartamentos turísticos con todas las comodidades, en un destino imprescindible; o conocer el agradable entorno del río Guadalquivir, donde se sitúa la famosa Torre del Oro, para después cruzarlo y adentrarnos en el barrio de Triana.

Disfrutar de Sevilla es disfrutar también de su gastronomía, sintetizadas en una amplia variedad de tapas que suelen acompañarse de una cerveza bien fresquita o de una copita de manzanilla. En el entorno de la catedral, el barrio de Santa Cruz, la Alameda de Hércules, la zona de la Alfalfa, el barrio de Triana..., aunque en realidad en casi cualquier punto de Sevilla, es posible disfrutar de un montadito de pringá, de unas espinacas con garbanzos, de unas pavías de merluza, de un piripi, de un tapita de cola de toro, de una ensaladilla de gambas y muchos otros manjares más en bares como El Rinconcillo, la Antigua Abacería de San Lorenzo, Las Columnas, La Fresquita, el bar Giralda, La Bodeguita Casablanca, el bar Eslava...