Aunque es bien conocido que el río Guadalquivir es navegable hasta Sevilla, el verdadero mar de la capital de Andalucía está en su acuario. Un espacio en el que podremos hacer un recorrido por los ecosistemas oceánicos del planeta, siguiendo con la imaginación los pasos que Magallanes y Elcano dieron entre los años 1519 y 1522 en la que es considerada como la I Vuelta al Mundo para conocer las especies vegetales y animales más representativas de cada hábitat. Desde el río que separa Sevilla de Triana pondremos rumbo hacia el Atlántico para descubrir después la selva tropical antes de aventurarnos en el Índico y el Pacífico y, finalmente, regresar a casa a través de las costas de África. Mención aparte merece el oceanario, el tanque con tiburones más profundo de la Península Ibérica.

Tras acomodarnos en nuestro apartamento turístico en el centro de Sevilla, a solo unos minutos andando del triángulo turístico que representan la catedral y su majestuosa Giralda, el impresionante conjunto de estancias y jardines que conforman el Alcázar de los Reyes o el compendio de sabiduría sobre el descubrimiento de América que significa el Archivo de Indias, nuestro primer destino en el acuario es el río Guadalquivir. Aunque antes podemos acercarnos a conocer el barrio de Santa Cruz o el que es, con sus 657 kilómetros de recorrido, el río más largo de Andalucía y dejarnos sorprender por la belleza de su Torre del Oro.

El Guadalquivir que encontraremos en el acuario, siguiendo la que se ha bautizado como ‘Ruta de Magallanes-Elcano’, nos mostrará en esta aventura perfecta para poder disfrutar en familia, con la que estamos alojados en un apartamento turístico de calidad en el centro de Sevilla, la fauna, tanto autóctona como invasora, de los diferentes tramos del río. Viajaremos con la imaginación desde su nacimiento en la Sierra de Cazorla, en Jaén, hasta su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, destacando la zona dedicada a las marismas del Parque Nacional de Doñana. Entre los ejemplares más destacados que contemplaremos están la carpa común y el curioso esturión del Adriático.

Es solo el comienzo de una travesía en la que contemplaremos los más de 7.000 ejemplares de unas 400 especies diferentes que viven en sus aguas. El turno le llega luego al Atlántico, el segundo océano más grande del planeta, recreándose desde los ecosistemas costeros hasta algunas de las zonas abisales más profundas. Podremos visitar diferentes hábitats, como son los fondos arenosos y rocosos, las praderas fanerógamas marinas o el coralígeno de zonas profundas. Entre los especímenes a contemplar están la langosta europea, la raya mosaico y el pez ballesta.

Nos adentramos ahora en la selva, una vez que el trópico del continente americano también está presente en el acuario de Sevilla, una ciudad que nos ofrece un alojamiento de calidad para toda la familia. Se trata de uno de los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta, marcado por una alta humedad al tratarse de una zona con una temperatura media de unos 25 grados centígrados y una alta pluviosidad. En esta zona podremos observar un buen número de anfibios y reptiles, entre ellos la iguana verde, el anolis cubano o la anaconda verde.

El ecosistema siguiente se desarrolla en la zona donde se unen los océanos Índico y Pacífico, unas aguas tropicales que bañan los litorales de importantes islas como Sumatra, Java, Borneo, Nueva Guinea, el norte de Australia o las Molucas y que albergan una asombrosa biodiversidad. Aparecen aquí representados, entre otros, ecosistemas como los manglares y los arrecifes de coral, donde destaca el extraordinario colorido de los seres vivos que los habitan. Entre otras especies podemos contemplar el caballito barrigudo o los peces cirujano, león o payaso.

El resto de las áreas geográficas que pueden contemplarse en el Acuario de Sevilla, donde hemos elegido unos apartamentos turísticos de calidad ubicados en un edificio obra del arquitecto Aníbal González, son, también relacionada con el mar, el área de las medusas, donde veremos algunas de las especies más llamativas de estas enigmáticas criaturas. Descubriremos especies como la medusa de puntos blancos, la del Mediterráneo, la medusa luna y la pulmón del mar, las medusas mosaico e invertida o las ortigas japonesa y del Pacífico. El espacio cuenta, además, con un laboratorio de reproducción para acercarnos a su reproducción y proceso de crecimiento.

Fuera ya de la ruta a la que dan nombre los primeros circunnavegantes del globo terráqueo llegaremos a tres de las instalaciones más destacadas, como son las rarezas tropicales, con especies como el pez loro o el pez vaca; el acuario de las zonas pantanosas y el tanque dedicado a la recuperación de tortugas marinas. En el terrario, por otro lado, hay un área dedicada a la sabana africana, donde habitan dos especies de reptiles muy interesantes, la tortuga de espolones africana y el varano del Nilo.

Y como colofón a la visita, el oceanario, con sus nueve metros de profundidad y casi dos millones de litros de agua, que nos permite a través de su túnel acristalado imaginar que nos hallamos sumergidos en las profundidades del mar. Un espacio que reproduce un ecosistema de aguas abiertas donde habitan especies tan espectaculares como el tiburón de puntas negras, el pez guitarra, la tortuga careta o el tiburón toro.

El Acuario, que se ha convertido en un lugar de referencia para quienes viajan con niños, con los que podemos pernoctar en un apartamento con todas las comodidades en el centro de Sevilla, nos ofrece también la posibilidad de participar en talleres, con una programación que se renueva todos los fines de semana, llevar a cabo una visita guiada, vivir una velada diferente cenando en su restaurante rodeado de diferentes especies marinas (una experiencia que consiste en una visita VIP y un menú que incluye platos como el salmorejo de pimientos asados con caviar de AOVE, el bombón de queso payoyo con compota de mora de zaraza o el blini de ave de pintada, entre otras especialidades) o una visita a los tiburones a media noche, con cena incluida a base de pizza, bebida y postre.