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HOSPITAL DE LOS VENERABLES, DE CENTRO DE CARIDAD A ESPACIO DE CULTURA

Un viaje al Barroco. A uno de los barrios más populosos y visitados de Sevilla, el barrio de Santa Cruz, antigua judería de la ciudad y hoy en día uno de los enclaves con más encanto. Y todo ello a solo unos minutos a pie del triángulo de oro cultural y arquitectónico que conforman la catedral y su deslumbrante Giralda, el Alcázar de los Reyes, testigo impasible de la vida de muchos monarcas españoles, y el Archivo de Indias, donde se guarda gran parte de la memoria del descubrimiento y conquista de América.

En esta zona plena de belleza se encuentra un edificio no muy conocido, pero clave para comprender la historia sevillana y acercarnos a la figura de Diego Velázquez: el Hospital de Los Venerables Y para que estos días sean únicos nada mejor que alojarnos en un apartamento turístico en Sevilla, en un edificio obra del gran arquitecto Aníbal González.

Sus inicios se encuentran en la caridad, en la decisión, allá por 1627, de la Hermandad del Silencio, una de las protagonistas de la conocida Madrugá de la Semana Santa de Sevilla, de ofrecer cuidados y dar asilo a clérigos ancianos, pobres e impedidos. Por aquel entonces alquilan para este fin una casa, y será en 1675 cuando se decida construir el Hospital de los Venerables Sacerdotes gracias a la iniciativa del canónigo Justino de Neve.

Las obras terminan en 1697 y en ellas participan los arquitectos Juan Domínguez y Leonardo de Figueroa, responsable de lugares tan emblemáticos en la ciudad como el Museo de Bellas Artes, la Iglesia de San Luis de los Franceses o la basílica de El Salvador. Pierde su función asistencial en la década de los años 70 del pasado siglo XX.

Las estancias del edificio, declarado Bien de Interés Cultural y Patrimonio Histórico de España, se organizan alrededor de sus patios. El central está dividido en dos galerías porticadas que aúnan las características tradicionales de un patio sevillano, sembrado de naranjos y con una fuente en el centro. Los azulejos aportan pinceladas de colores azul y amarillo formando figuras geométricas que nos recuerdan la importante herencia andalusí con que cuenta la ciudad.

El solar, cedido en su día por el duque de Veragua, fue ocupado, durante los siglos XVI y XVII, por el corral de comedias Doña Elvira, uno de los más conocidos y frecuentados de la villa y donde se representaron obras de autores tan emblemáticos de las letras hispánicas como Lope de Vega, Tirso de Molina o Miguel de Cervantes. Hoy en día ha recuperado parte de aquel pasado al convertirse en un espacio para la celebración de diferentes eventos y espectáculos. Como espectacular es nuestro apartamento turístico en el centro de Sevilla.

Uno de los lugares más sorprendentes de este espacio, al que llegamos en muy pocos minutos a pie desde nuestro apartamento de lujo en Sevilla, es su monumental iglesia barroca, en la que arquitectura, escultura y pintura se funden en un espacio en el que la luz y los colores parecen invadirlo todo. Edificada a finales del siglo XVII, sus paredes nos cuentan cientos de historias, algunas de ellas nacidas de las manos y los pinceles de artistas como Murillo y Valdés Leal.

Llaman la atención las pinturas al fresco de las bóvedas y de la cúpula y las hermosas imágenes diseñadas a lo largo y ancho de todas sus paredes por Juan de Valdés Leal y su hijo Lucas Valdés. Mucho interés tiene también la obra escultórica de Pedro Roldán. Desde la iglesia se accede a la sacristía, donde se guardan los vasos sagrados y las vestimentas usadas en los oficios religiosos. Sorprenden los ángeles pintados en el techo por Juan de Valdés Leal, ya que parecen descender de las alturas.

No podemos perdernos tampoco, antes de regresar a nuestro apartamento en Sevilla para toda la familia, el Centro de Investigación Velázquez, un espacio puesto en marcha por la Fundación Focus-Abengoa, a raíz de la compra del cuadro ‘Santa Rufina’, para investigar, divulgar y estudiar la obra del genial artista sevillano, cuya presencia en la ciudad era hasta entonces casi inexistente. Una vez que llegaría a la cima de su carrera pictórica en Madrid, siendo pintor de cámara de Felipe IV. Entre sus paredes encontraremos algunas obras suyas, pero también de sus contemporáneos más sobresalientes, como Bartolomé Esteban Murillo, Francisco de Zurbarán o Juan Martínez Montañés.

Pero no solo el pasado se encierra entre las cuatro paredes del Hospital de Los Venerables. También el arte contemporáneo tiene cabida, en concreto en el lugar que en sus momentos de centro de caridad ocupó una de las enfermerías. Allí nos encontraremos con obras de Carmen Laffón, Ramón Gayá, Luis Gordillo o Pérez Villalta, además de poder hacer un recorrido por el momento en que se produjo en nacimiento de la fotografía a finales del siglo XIX.

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