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La Catedral gótica mas grande del mundo y su Giralda

La catedral es el templo gótico más grande del mundo y desde 2010, según la UNESCO, Bien de Valor Universal Excepcional. Su historia arranca en el siglo XII, cuando el califa almohade Abú Yaqub Yusuf ordena construir la Mezquita Mayor de Sevilla. Su hijo y sucesor será quien mande levantar el alminar que, con el paso del tiempo, y con el nombre de Giralda será uno de los emblemas de la ciudad del Guadalquivir. De esta etapa es también el célebre Patio de los Naranjos. En 1248 el templo pasa a ser la Iglesia de Santa María y Fernando III, patrón de la villa, manda construir una Capilla Real donde acabaría siendo enterrado. Cuenta con diez puertas, numerosas capillas y altares en su interior, obras pictóricas de Murillo, Goya o Alonso Cano y esculturas de Pedro Roldán, Alonso Martínez o Juan de Mesa… y es el escenario de numerosas tradiciones religiosas durante todo el año.

Sevilla y Giralda son dos términos imposibles de disociar. El antiguo alminar almohade, al que se añadiría un nuevo cuerpo para albergar el campanario y sería rematado con una escultura, que representa la Fe, conocida como Giraldillo, tiene 1.104 metros de altura y posee en su interior rampas diseñadas para que el almuecín pudiera subir a caballo para convocar a la oración. Como referente para su construcción se tomó el alminar de la mezquita Kutubia de Marrakech. Su campanario cuenta con 24 campanas, cada una de ellas con su propio nombre, siendo conocida la de mayor tamaño como Santa la María Mayor.

Si atención merece la catedral, también todo su entorno, cerca del que podremos encontrar algún apartamento turístico con encanto. Mención especial merece la plaza del Triunfo, conocida por los sevillanos como plaza de la Magdalena por la estatua central que la preside, ya que hacia ella miran tres de los edificios más emblemáticos de la ciudad, la Catedral, el Real Alcázar y el Archivo de Indias, conjunto monumental declarado en 1987 como Patrimonio de la Humanidad. Un rincón escondido y de innegable belleza es la plaza de Santa Marta, a la que se llega a través de un pequeño callejón que pasa casi inadvertido, y que toma su nombre del hospital que allí hubo desde el siglo XIV y ahora es el convento de la Encarnación. Dicen que la plaza Virgen de los Reyes, confluencia de calles y donde se halla el Palacio Arzobispal y una fuente rematada con cinco faroles, es el mejor lugar para fotografiar la Giralda. O, entre otros muchos espacios con encanto, la plaza del Cabildo, de concepción semicircular se accede a ella por la antigua puerta del colegio de San Miguel o por dos pasadizos situados en las calles Almirantazgo y Arfe.

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