La pasada semana decidimos, alojados en un apartamento turístico en Sevilla, que nuestro destino nos llevaría hasta la localidad de Écija, conocida también como la Ciudad del Sol, la Ciudad de las Torres o la Sartén de Andalucía. Y hasta allí nos desplazamos no sin antes darnos una vuelta por el triángulo Patrimonio de la Humanidad que conforman en la capital de Andalucía el Alcázar, con sus estancias llenas de belleza y encanto y unos jardines que atesoran más de 190 especies vegetales de los cinco continentes; la catedral, considerada el templo gótico más grande del mundo y acompañada siempre por su inseparable Giralda; y el Archivo de Indias, memoria viva con sus más de 8.000 mapas y 43.000 legajos, instalados en 8 kilómetros lineales de estanterías, de los territorios españoles de ultramar
Aunque son muchas más las riquezas que atesora esta ciudad, donde encontramos alojamientos en el centro de Sevilla, como su Torre del Oro, mirando siempre su reflejo en el río Guadalquivir mientras rememora un pasado glorioso; el Palacio de San Telmo, que fuera residencia de los duques de Montpensier; el romántico Parque de María Luisa, que un día perteneció al palacio de los duques antes de ser cedido a la ciudad para el disfrute de todo; la Plaza de España, monumental recuerdo de la Exposición Iberoamericana de 1929; el barrio de Santa Cruz, antiguo barrio judío de la ciudad cuya hermosura trasciende fronteras; las controvertidas ‘Setas’ de la Plaza de la Encarnación; el Museo de Bellas Artes, una de las más grandes pinacotecas de España…
Pero alejémonos de Sevilla y de sus encantos, y cerremos la puerta de nuestro alojamiento turístico en Sevilla, para centrarnos en la visita a Écija. En esta ocasión nos vamos a dar una vuelta por sus iglesias, muchas de ellas dueñas de esas torres que dibujan el horizonte de la ciudad y le dan uno de sus sobrenombres. La primera parada es la iglesia de Santa Cruz, construida a finales del siglo XVIII sobre un solar ocupado en etapas anteriores, que se remontan a tiempos visigodos, por otros edificios destinados al culto. De esta época es un sarcófago del siglo V con escenas bíblicas e inscripciones griegas talladas en la piedra. Fue luego mezquita musulmana, sobre cuyo alminar se levantó la actual torre, y tras la reconquista se inician las obras de remodelación para convertirla en una iglesia mudéjar, conservando restos de todas estas épocas.
La primitiva iglesia de Santa Marías de la Asunción, nuestro siguiente destino, se inició en 1262 siguiendo el estilo gótico-mudéjar, aunque el edificio actual se levantó a lo largo del siglo XVIII, tras los importantes daños sufridos durante el terremoto de Lisboa de 1755. Destaca su interesante colección arqueológica, ubicada en el claustro, su altar mayor y las sillerías de coro, obra de Juan de Mesa. Nos vamos ahora a la iglesia de San Juan, que cuenta con la que quizás sea la más bella de las torres ecijanas, levantada en el siglo XVIII. Los orígenes del templo se remontan al siglo XVI, sufriendo importantes reformas en el siguiente siglo.
La iglesia de Santiago, en la calle del mismo nombre, es el edificio eclesiástico más interesante del conjunto histórico ecijano. De estilo gótico-mudéjar, aunque con añadidos del Renacimiento y el Barroco, y con orígenes datados en el siglo XV, es considerada como una de las iglesias más elegantes de Andalucía. Destacan las pinturas del retablo del antiguo Sagrario, en la cabecera de la nave del Evangelio, y la Capilla de los Montero, de 1630, de estilo barroco colonial, donde se conserva una de las primeras obras artísticas relacionadas con el Nuevo Mundo. La iglesia de San Gil se construyó en 1479, pero su actual decoración barroca es obra de los siglos XVII y XVIII. Destaca la imagen del Cristo de la Salud, del siglo XVI.
Propiedad en su día del convento de los Padres Carmelitas Descalzos, la iglesia de la Limpia Concepción de Nuestra Señora cuenta con una fastuosa ornamentación de pinturas y murales con yeserías policromadas y doradas y una excelente colección de pinturas, esculturas y carpintería. También es de destacar su órgano del siglo XVIII. Nos despedimos, antes de regresar a nuestro apartamento turístico para toda la familia en Sevilla, en la iglesia de San Pablo y Santo Domingo, cuya fundación se remonta a la última mitad del siglo XIV. De estilo gótico-mudéjar, las sucesivas remodelaciones han ocultado buena parte de los elementos originales. Su capilla de la Virgen del Rosario está considerada como el máximo exponente del barroco ecijano. La torre, que se comenzó en la segunda mitad del siglo XVIII, quedó inacabada a la altura del primera cuerpo de campanas.
