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PASEO POR LA SEVILLA QUE NOS DEJÓ EL ARQUITECTO ANÍBAL GONZÁLEZ

Quizás la Plaza de España de Sevilla sea su obra cumbre. Diseñada para la Exposición Iberoamericana de 1929, cambió la fisonomía de una ciudad que se abría al mundo mientras se adentraba en el siglo XX y en la que podemos encontrar apartamentos turísticos de lujo donde alojarnos. Hablar del patrimonio arquitectónico de la capital de Andalucía es hablar de un nombre propio, el de Aníbal González. Nacido en Sevilla en 1875, era el mayor de tres hermanos y, como primero de su promoción, obtuvo el título de arquitecto en 1902.

Sus primeros pasos estuvieron marcados por el modernismo imperante en aquellos primeros años del pasado siglo, aunque pronto empezaría a diseñar su propio camino evolucionando hacia un historicismo que acabaría desembocando en el estilo regionalista que tanta fama y prestigio le dieron. Unas formas basadas en el uso casi abusivo del ladrillo, los azulejos y la forja ornamental, buscando destellos estéticos mudéjares, árabes y renacentistas.

Fue arquitecto jefe de la Exposición del 29, aunque dimitiría del cargo antes de su inauguración. De aquellos años nacieron la ya mencionada Plaza de España, todo un referente turístico de una Sevilla donde encontraremos apartamentos turísticos en el centro histórico, situada en uno de los pulmones verdes de la ciudad, el Parque de María Luisa.

Un espacio donde también podemos contemplar el Pabellón de Bellas Artes, convertido hoy en Museo Arqueológico, conocido también como Palacio del Renacimiento y de estilo neoplateresco; el Pabellón Mudéjar, en la actualidad Museo de Artes y Costumbres Populares de Sevilla y del que hablaremos más tarde; y el Pabellón Real, que sigue líneas neogóticas.

En el centro histórico tenemos también ejemplos muy interesantes de la obra de este arquitecto que llevó a cabo tanto obra civil como religiosa. Entre las plazas de la Campana y de la Encarnación, esta última más conocida en la actualidad como plaza de las Setas, hallamos el edificio de apartamentos turísticos de cuatro estrellas en Sevilla donde hemos decidido alojarnos, obra también de Aníbal González.

Un inmueble de estilo regionalista que, construido entre los años 1918 y 1920, comenzó siendo el hotel San Sebastián para, poco después, convertirse en el hotel Biarritz. Cerró sus puertas en 1977 y ahora, más de 40 años después, recupera su uso primitivo de la mano del grupo hotelero EIK Hoteles.

Muy cerca, en la esquina de las calles Martín Villa y Santa María de Gracia, a un agradable paseo desde nuestros apartamentos en Sevilla para toda la familia, encontramos un edificio construido como vivienda para Manuel Nogueira. Levantado en 1907, constituye uno de los ejemplos más singulares de la arquitectura doméstica de estilo neomudéjar en Sevilla, suponiendo el abandono del estilo modernista de los primeros años del arquitecto.

Nos acercamos ahora a descubrir un edificio que nos muestra las tendencias modernistas de comienzos del siglo XX. Situado en la calle Alfonso XII, destacan en su fachada las figuras mitológicas de dragones y las flores y el uso de la forja en los balcones. En la avenida de la Constitución, una de las principales arterias peatonales de la ciudad, hallamos la Casa Álvaro Dávila, marqués de Villamarta, con un estilo regionalista que usa el ladrillo como principal material de construcción.

Inspirada en uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Salamanca, la conocida como Casa de las Conchas de Sevilla está ubicada en la calle Mateos Gago. Al acercarnos descubriremos que no existen tales conchas, sino medallones. En la calle Tomás de Ibarra está la Casa para Antonio Labraña, levantada entre 1909 y 1910, una importante construcción de estilo neomudéjar conocida como ‘el barril’, por la cervecería que albergó en sus bajos. Mandada construir por el periodista y empresario Torcuato Luca de Tena, primo del arquitecto, encontramos en la avenida de la Palmera la casa que lleva el nombre de su promotor y que nos muestra un claro estilo regionalista.

Nos trasladamos ahora a Triana. Aquí, como puerta de entrada al barrio por el puente que lleva su nombre, contamos con un bello ejemplo de arquitectura religiosa, la Capilla del Carmen. De ladrillo y cerámica trianera, se encuentra en la plaza del Altozano junto al mercado y a los restos del castillo de San Jorge, sede en Sevilla de la Inquisición

Nos despedimos en este paseo en uno de los edificios que, junto con la Plaza de España, más prestigio dio al arquitecto sevillano. Hablamos del ya mencionado Pabellón Mudéjar, un inmueble historicista de estilo neomudéjar que durante la Exposición Iberoamericana fue el Pabellón de Arte Antiguo y que es hoy el Museo de Artes y Costumbres Populares.

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