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PLAZA DE ESPAÑA, ESPACIO MAJESTUOSO QUE ‘ABRAZA’ A SUS VISITANTES

Son muchos los atractivos turísticos que tiene Sevilla, ciudad donde encontraremos apartamentos turísticos en pleno centro urbano. Su larga historia que arrancaría en el periodo tartésico y pasaría por la creación romana de Híspalis, el periodo visigodo, la ocupación musulmana y la Reconquista castellana bajo el reinado de Fernando III el Santo, llegando a ser incluso una de las ciudades más ricas e importantes de la Tierra durante el Imperio español tras el descubrimiento de América han dejado huellas arquitectónicas tan importantes como su catedral, la Giralda, el Alcázar, la Torre del Oro o el Archivo de Indias.

Pero quizás uno de los monumentos más emblemáticos y que mayor admiración despierta entre quienes visitan la ciudad, que cuenta con apartamentos turísticos de cuatro estrellas en Sevilla, es la Plaza de España. Un espacio majestuoso, junto al Parque de María Luisa, que fue levantado por el arquitecto Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929 y que está considerada una de las señas de identidad no solo de la capital de Andalucía sino también, con total seguridad, de toda España.

La construcción de uno de los lugares más espectaculares de Sevilla, ciudad ideal para alojarnos en unos apartamentos turísticos de vanguardia, se alargó durante unos 15 años, de 1914 a 1929, y en ella se emplearon elementos como el mármol, el ladrillo visto, la forja y los azulejos finamente decorados por los maestros artesanos del barrio de Triana. Su diseño, con forma semielíptica, simboliza el abrazo que España daba a sus antiguas colonias en América, mirando el edificio que lo bordea en dirección al Guadalquivir, un río navegable que adquirió un enorme protagonismo en aquellos tiempos del Imperio.

Cuenta la tradición que cuando el rey Alfonso XIII contempló por primera vez esta magnífica obra arquitectónica de estilo regionalista comentó a quienes lo rodeaban: “Señores, yo sabía que esto era bonito… Pero no tanto”. Y es que los 170 metros de diámetro y sus 50.000 metros cuadrados, de los que unos 31.000 son espacio libre y 19.000 están edificados, impresionan a quienes lo visitan. La parte construida consta de un edificio central, dos alas curvas y dos torres en los extremos. Las alas son galerías con artesonado, arcos y columnas, formadas por cuatro tramos de catorce arcos cada uno, y unen, con dos pabellones intermedios intercalados, el edificio central con las dos torres de 74 metros de altura.

El espacio se completa con un canal de agua que puede atravesarse por cuatro puentes, cada uno de los cuales representa a los antiguos reinos de España: León, Castilla, Aragón y Navarra. También cuenta con una fuente central, obra, con el objetivo de aportar su toque personal, de quien sustituyó a Aníbal González al frente de esta emblemática obra a partir del año 1926, el también arquitecto Vicente Traver.

Pero quizás lo que le otorga una personalidad propia a esta maravilla de Sevilla, ciudad donde hallaremos apartamentos turísticos de calidad para toda la familia, son los bancos que representan a 46 de las 47 provincias peninsulares de España, más Canarias y Baleares. En realidad, hoy en día, debería haber 50 bancos y no 48. Sevilla no aparece representada, una vez que ya aparece en cuatro murales de la plaza; y, cuando se construyó, Canarias solo contaba con una provincia, ya que no fue hasta 1927 cuando se dividió en Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Cada banco cuenta con un panel frontal de azulejos, a modo de amplio respaldo, en el que se narra un hecho histórico relacionado con la provincia y en el que suelen aparecer sus monumentos más representativos; anaqueles de cerámica vidriada, a modo de separación (al igual que los brazos del asiento), destinados originalmente a albergar publicaciones y folletos; y, a modo de remate superior, un medallón cerámico con el escudo de la provincia. En el suelo puede contemplarse un plano de la provincia, en el que aparecen reflejadas sus localidades más destacadas.

Como curiosidad cabe destacar que algunas de las escenas que decoran los bancos hubieron de cambiarse de manera precipitada justo antes de la inauguración de la Exposición Iberoamericana de 1929 porque contenían errores históricos o porque suponían una inconveniencia política y se consideró que no estaban en consonancia con la idea de unidad y de paz que pretendía proyectar el recinto monumental. Fruto de esos cambios fue la sustitución de la escena ‘La muerte de García IV’ de Navarra, por creerse demasiado violenta, y su sustitución por ‘Reparto del reino de Navarra’, cambiándose también el encabezado de Navarra a Pamplona. Esto provocó que el orden alfabético que guardan las provincias quedase definitivamente trastocado.

Sobre los bancos, entre los arcos, existen también 48 bustos en relieve que representan a personajes ilustres de la historia de España, tales como Quevedo, Velázquez, Goya, Zurbarán, Carlos V, Felipe II, Alfonso X el Sabio, el Cardenal Cisneros, Hernán Cortes, Pizarro, Magallanes, Séneca, El Cid, Cristóbal Colón…

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