La pasada semana iniciamos un viaje por la Sevilla que guarda algún tipo de relación con la que quizás haya sido una de las más grandiosas hazañas de la humanidad, la circunnavegación de la Tierra que llevaron a cabo, como rostros más visibles, Magallanes y Elcano. Una aventura que arrancó en la orilla del Guadalquivir que besa al barrio de Triana, en concreto en el Muelle de las Mulas, y que acabó más de tres años después, con solo 18 marineros de los casi 250 que partieron rumbo a lo desconocido el 10 de agosto de 1519.
Pasamos entonces, alojados en la comodidad de nuestro apartamento turístico en el centro de Sevilla, por el punto donde una esfera armilar nos señala la Milla Cero de la I Vuelta al Mundo; por la iglesia de Santa Ana, donde se guarda la imagen de la Virgen de la Victoria, a la que los expedicionarios pidieron amparo antes de partir; por el castillo de San Jorge, primero bastión defensivo en época almohade y más tarde sede del Tribunal de la Inquisición; y por el Puente Triana, que nos recuerda aquel Puente de Barcas que unía las orillas de Sevilla y de Triana y por el que además de pasar en numerosas ocasiones Magallanes y Elcano también contempló la llegada de provisiones y útiles para las 5 naos que conformaban la escuadra.
Estamos ya en la orilla del río Guadalquivir en la que se mira Sevilla y el primer lugar que nos acercaremos a conocer dando un agradable paseo desde nuestro apartamento turístico en el centro de Sevilla es el actual Puerto, ubicado en el Paseo del Marqués de Contadero. Allí podemos conocer sus orígenes milenarios, con testimonios fenicios, romanos… y su esplendor y consolidación al convertir a Sevilla en el siglo XVI en cabeza del comercio con las Indias.
En ese mismo Paseo se halla el Espacio Primera Vuelta al Mundo, un centro interpretativo para descubrir las claves de esta hazaña náutica. Viajaremos a través de los sentidos para rememorar los preparativos de la expedición, la inmensidad de la travesía que llevó a cabo, los peligros y aventuras a las que se enfrentaron y la dureza de la vida a bordo. Y finalmente podremos visitar una replica a escala real de la nao Victoria, única de las embarcaciones que logró regresar a casa. En ella descubriremos cómo vivieron los tripulantes de esta extraordinaria epopeya marítima.
Justo al lado está la Torre del Oro nombre que recibió por los destellos dorados que desprendía su fachada al recibir los rayos del sol debido a la presencia en sus paredes de una mezcla de mortero de cal y paja prensada. Construida a principios del siglo XIII, cerraba el paso al Arenal, donde en aquellos tiempos se hallaba el puerto, como parte de una muralla que la unía con su torre hermana, la Torre de la Plata, aún visible, junto a parte de la muralla mencionada, en la calle Santander.
Muy cerca de ésta, y también de nuestro apartamento turístico con todas las comodidades en Sevilla, se encontraban las 17 naves (de cien metros de largo por doce de alto) que conformaban las Atarazanas, fábrica de barcos de la Sevilla del Siglo de Oro que, más tarde, se pusieron al servicio de los grandes navegantes y descubridores que, entre otras hazañas náuticas, llegaron a América y completaron la I Vuelta al Mundo.
Datan del siglo XIII y su construcción fue orden del rey Alfonso X el Sabio. Se trata de un edificio de enormes dimensiones de ladrillo de estilo gótico-mudéjar cuyas naves, dispuestas en paralelo al curso del río, se comunican a través de arcos. Su fondo formaba parte de la muralla almohade de la ciudad. En la actualidad solo se conservan 7 naves, una vez que el resto fueron demolidas para construir el hospital de la Caridad y, con posterioridad, el edificio de la delegación de Hacienda. Hoy en día, el interior no es visitable, ya que se encuentra en obras para su apertura, prevista en 2024, como gran centro cultural que profundice en la vinculación histórica de Sevilla con América.
Terminamos nuestro paseo en la Casa de la Contratación, en la plaza del mismo nombre, a 15 minutos a pie desde nuestro apartamento de lujo en el centro de Sevilla, pasando muy cerca de la plaza del Salvador, el edificio del Ayuntamiento, la catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar, espacios todos ellos en cuya relación con la I Vuelta al Mundo profundizaremos la próxima semana.
La Casa de la Contratación, impulsada por los Reyes Católicos en 1503, tras el segundo regreso de Colón, fue en su origen parte del Real Alcázar y fue creada para impulsar y regular el comercio y la navegación con el Nuevo Mundo. Su primera sede, sin embargo, estuvo en las Atarazanas, pero al ser un lugar expuesto a inundaciones por la crecida del río Guadalquivir, lo que terminaba dañando las mercancías, es pronto trasladada a las dependencias del Alcázar, en concreto a la sala denominada de los Almirantes.
Y allí permaneció hasta su traslado a Cádiz en 1717. Su función de control sobre el tráfico marítimo con América hacía que se encargase del aprovisionamiento y pertrecho de las flotas, y de la inspección de los barcos que se disponían a zarpar hacia el otro lado del océano Atlántico. Hoy solo se conserva el patio almohade del edificio del siglo XVI, de un altísimo valor patrimonial, pero que no es visitable.
