Disfrutando de nuestro alojamiento en Sevilla, comenzamos nuestro romántico paseo por la Sevilla que vivió el poeta por excelencia del amor, Gustavo Adolfo Bécquer, rindiéndole un homenaje junto al monumento en el que se le recuerda dentro del Parque de María Luisa, muy cerquita también de uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, la Plaza de España. Luego nos marchamos a la casa donde nació, de la que solo se conserva una fachada y una placa que rememora la efeméride, y visitamos el templo cristiano en la que recibió su bautismo, la iglesia de San Lorenzo, sita en la plaza del mismo nombre, que comparte con la Basílica del Gran Poder, el denominado ‘Señor de Sevilla’.
Parte de su juventud la pasó en la Alameda de Hércules, cerca de nuestro apartamento turístico en Sevilla, uno de los espacios de la ciudad donde se concentra buena parte del ambiente de ocio de la ciudad. Se trata de una extensa plaza rodeada de árboles construida en 1574 sobre un pantanal que se convirtió en lugar de paseo para la aristocracia renacentista y barroca. Está considerada el jardín público más antiguo de Europa. Cuenta con dos pares de impresionantes columnas. Las del norte, del siglo XVIII, están rematadas por sendos leones que sujetan entre sus patas delanteras los escudos de España y de Sevilla. Las del sur son de origen romano y están rematadas por las estatuas de Julio César y Hércules, obras éstas del siglo XVI.
Inició Bécquer sus estudios en el convento-colegio San Francisco de Paula, fundado en el siglo XVI, del que hoy solo se conserva la iglesia, ahora llamada del Sagrado Corazón. Desapareció con la desamortización del siglo XIX, siendo comprado y regalado a la Compañía de Jesús por una piadosa dama sevillana. Su fachada principal está situada en la calle Jesús del Gran Poder y está decorada con retablos de azulejos de diferentes santos. La fachada que da a la calle Trajano fue diseñada por Aníbal González con estilo neogótico y una extraordinaria decoración de ladrillo. El interior cuenta con tres naves decoradas con yeserías y artesonado de madera del siglo XVI. Y con una de las grandes joyas arquitectónicas de la ciudad, la Capilla de los Luises.
Nos acercamos ahora desde nuestro alojamiento con encanto en Sevilla al espacio considerado Patrimonio de la Humanidad que conforman el Archivo de Indias, el Alcázar, con sus magníficas estancias y jardines, y la catedral, acompañada siempre de su inseparable Giralda. Y es que los Bécquer, llegados a Sevilla a finales del siglo XVI, eran una familia de comerciantes flamencos que disponía de capilla propia en la seo sevillana, la dedicada a las santas Justa y Rufina.
La próxima parada es el convento de Santa Inés, escenario de la leyenda de Maese Pérez, el organista. Fue fundado en el siglo XIV por la noble María Coronel, que da nombre a la calle donde se ubica, en el casco histórico, muy cerca de nuestro apartamento con todas las comodidades y servicios en Sevilla. Es de estilo gótico-mudéjar, reformado en el siglo XVII por Francisco Herrera el Viejo. Sede de las Franciscanas Clarisas, de clausura, cuyos dulces son muy apreciados, y puede visitarse su iglesia, que cuenta con un impresionante retablo mayor de estilo barroco.
Nos despedimos de nuestro paseo romántico junto a Bécquer, a muy pocos pasos de nuestro alojamiento en la ciudad de Sevilla, en el lugar donde el poeta se halla enterrado. Aunque muere en Madrid y es enterrado en la Sacramental de San Lorenzo, en abril de 1913 sus restos viajan a Sevilla para, tras ser llevados a la capilla de la Hermandad de las Siete Palabras por culpa de la intensa lluvia de aquel 10 de abril, ser depositados en la cripta de la iglesia de la Anunciación. En 1972 llegan al Panteón de los Sevillanos Ilustres, situado bajo esta misma iglesia y al que se accede desde el patio de la anexa Facultad de Bellas Artes.
