La pasada semana, con el calor del verano en todo lo alto, mitigado en parte por estar alojados en un apartamento turístico con piscina en el centro de Sevilla, comenzamos un recorrido por algunos de los lugares de la provincia donde poder escaparnos y pegarnos un refrescante chapuzón. Y es que, como ya dijimos, para conocer lugares tan emblemáticos de la capital de Andalucía como la catedral y su Giralda, el Alcázar, el Archivo de Indias, la Torre del Oro, el Parque de María Luisa, la Plaza de España o el barrio de Santa Cruz, lo mejor es salir al caer la tarde cuando el anuncio de la noche refresca un poco el ambiente.
Nuestro primer destino fue la localidad de San Nicolás del Puerto, donde cuenta con una bonita playa artificial bañada por las aguas del río Galindón, que llegan cruzando bajo el puente romano que nos habla del largo pasado de este pueblo. Además de pasar el día en esta piscina natural equipada con duchas y chiringuitos, pudimos acercarnos a conocer el Cerro del Hierro, un monumento natural donde la erosión y la minería del hierro (abandonada ya en 1978) han modelado un paisaje sobrenatural y espectacular, convirtiéndolo en un paisaje kárstico único en el mundo; la iglesia de San Sebastián y San Diego, de estilo mudéjar; la ermita de San Diego, del siglo XV; la casa natal de San Diego; y el Crucero de Piedra, cruz labrada en piedra sobre una columna realizada entre 1575 y 1599.
Entre San Nicolás del Puerto y el vecino municipio de Cazalla de la Sierra, en pleno corazón del Parque Natural Sierra Norte de Sevilla, el río Huéznar nos deja bellas estampas con sus cascadas y saltos de agua, consideradas como Monumento Natural. Un curso en el que además encontramos el paraje conocido como Isla Margarita, que, aunque suena al Caribe, está a menos de una hora de nuestro apartamento turístico con todos los servicios en Sevilla. Esta área recreativa, con una piscina natural de agua muy fresquita, es conocida también con el nombre de Isla del Pescador. Al lado, si hemos ido con niños, tenemos la posibilidad de disfrutar de un Parque de Aventuras en el que los árboles y la altura son los grandes protagonistas.
La cercanía a Cazalla casi nos obliga a descubrir una localidad declarada Conjunto Histórico Patrimonial, Reserva de la Biosfera por la UNESCO, y Reserva Starlight por la limpieza de sus cielos y su escasa contaminación lumínica, lo que hace que mirar al cielo de noche sea un auténtico espectáculo, y además pertenece a la Red Natura 2000. El Ayuntamiento, donde se halla la oficina de turismo, está ubicado en el antiguo convento de San Agustín. Nos sorprenderán la blancura de su patio (antiguo claustro) y la elegancia y sobriedad de su iglesia, que cuenta con la curiosidad de que a principios del siglo XX pasó a manos privadas y fue utilizada como fábrica de anisados.
También merecen ser conocidos la plaza del Concejo, llamada así por ser el lugar donde se alojó el rey Felipe V, primero de la dinastía de los Borbones en España (un azulejo conmemorativo da buena cuenta de este hecho), cuando vino buscando descanso y lugar donde está una de las fábricas de anises que aún quedan en la localidad; la plaza Mayor y la iglesia de la Consolación, nombrada en otros tiempos ‘Catedral de la Sierra Norte’ y construida sobre los restos de un castillo almohade; la plaza Serendipia, que alberga un pequeño jardín botánico (el Jardín de los Sentidos), con más de 50 especies que debemos atrapar con los cinco sentidos para conocer las leyendas y mitos que encierran; el Centro del Aguardiente, producto estrella de Cazalla; y, a unos 5 kilómetros, el magnífico Monasterio de la Cartuja.
Sin dejar el Huéznar, antes de regresar a nuestro apartamento turístico de calidad en Sevilla, y muy cerca de ese monumento natural que son las cascadas que el río deja en la zona de San Nicolás del Puerto y que ya hemos mencionado unos párrafos más arriba, nos despedimos esta semana dándonos un agradable baño en el área recreativa de El Martinete. Cuenta con una acogedora piscina natural, además de con merenderos y una fuente. Una manera perfecta de pasar el día en plena naturaleza.
