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PASIÓN Y VIDA POR LAS CALLES DE SEVILLA PARA SENTIR LA SEMANA SANTA (II)

Sevilla y primavera. Dos palabras que se entienden y se sienten. Y es que en esta época del año es cuando la capital de Andalucía vive dos de sus fiestas más queridas y conocidas, la Semana Santa y la Feria de Abril. En nuestro anterior artículo iniciamos nuestra estancia en un apartamento turístico en Sevilla con las jornadas de ‘vísperas’, el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión, y con el que es considerado uno de los días más especiales por los sevillanos, la jornada por excelencia de la familia, el Domingo de Ramos.

Y nos dimos una vuelta por el triángulo Patrimonio de la Humanidad que conforman la catedral, siempre con su inseparable Giralda, el Alcázar y el Archivo de Indias, a un corto paseo a pie de nuestro alojamiento en el centro de Sevilla. Y pudimos conocer también el Parque de María Luisa, cedido a la ciudad por los duques de Montpensier; la Plaza de España, monumento icónico de la Exposición Iberoamericana de 1929 y uno de las obras más representativas del arquitecto Aníbal González, cuyo trabajo está presente en muchos lugares de la ciudad, incluso en nuestro apartamento turístico en el centro de Sevilla; la Torre del Oro, siempre mirándose en su río Guadalquivir; la Alameda de Hércules, lugar de ocio y encuentro; el singular barrio de Santa Cruz; o la modernas Setas de la Plaza de la Encarnación.

El Lunes Santo hacen estación de penitencia las hermandades del Polígono San Pablo, con los pasos representan a Jesús acusado por Caifás ante Herodes y a la Virgen Dolorosa bajo palio; de Santa Marta, creada por los miembros del gremio de la hostelería y que sale de la Plaza de San Andrés, en el Casco Antiguo, a no mucha distancia de nuestro alojamiento en Sevilla; de la Redención, que tiene su origen en 1955 en Santa María la Blanca, aunque desde 1960 tiene su sede en la iglesia de Santiago el Mayor; de Las Aguas, creada en 1750 en la iglesia de San Jacinto, en Triana y cuyas imágenes originales desaparecieron en un incendio en 1942; y de Las Penas, que tiene su origen en la parroquia de San Vicente en 1875 y cuya talla del Señor es atribuida al círculo de Roldán en el siglo XVII.

También procesionan este día las hermandades de San Gonzalo, con un paso que representa a Judas antes Caifás, siendo testigos de la escena Anás, José de Arimatea, un centinela romano y un esclavo negreo que porta el libro de las profecías, y otro a Nuestra Señora de la Salud; de Santa Genoveva, cofradía del barrio de Tiro de Línea; de la Vera Cruz, fundada en 1448 en el convento Casa Grande de San Francisco, fue durante cuatro siglos una de las corporaciones más importantes de la ciudad donde estamos disfrutando de un apartamento turístico para toda la familia en Sevilla y cuenta con la talla de un crucificado de autor anónimo fecha en el siglo XV; y del Museo, de origen gremial, creada por los plateros de la ciudad de San Andrés en 1575.

El Martes Santo salen a las calles las cofradías del Cerro, un barrio que cada año se vuelca con su hermandad y cuyo crucificado es atribuido al círculo de Francisco de Ocampo en el siglo XVII; de los Estudiantes, que sale del Rectorado de la Universidad (antigua Fábrica de Tabacos) y fue fundada en 1924 por un grupo de estudiantes y profesores; del Dulce Nombre, fundada en 1919, pero cuyos orígenes se remontan a la hermandad de la Bofetá de 1585, desaparecida en el siglo XIX; y de Los Javieres, que salen de la histórica parroquia de Omnium Sanctorum en la calle Feria del Casco Antiguo.

Ese día también procesionan por las calles de la capital de Andalucía, donde estamos alojados en un cómodo apartamento en Sevilla, las hermandades de San Benito, con un gigantesco paso donde aparece Jesús azotado mientras Pilatos se dirige al pueblo en presencia de varios figuras entre las que aparecen un esclavo negro y dos soldados romanos, otro de un crucificado, el Cristo de la Sangre, y un tercero  con la Virgen de la Encarnación; de la Santa Cruz, que sale de la céntrica calle de Mateos Gago y fue fundada en 1904 en la Parroquia de Santa Cruz; de San Esteban, cuya talla del Señor es de un imaginero desconocido del siglo XVI; y de La Candelaria, fundada en 1921, sale de la Plaza de Nuestro Padre Jesús de la Salud y la talla del Señor es atribuida a Francisco de Ocampo en el siglo XVII.

Nos despedimos en este artículo con el Miércoles Santo, cuando salen a la calle las hermandades del Carmen Doloroso, que procesionó por primera vez un Viernes de Dolores de 1996; de El Buen Fin, fundada en 1593 en San Juan de la Palma por miembros del gremio de curtidores; del Cristo de Burgos, única de este día cuyos nazarenos visten túnicas de negro ruan y con un Cristo de fechado en 1573; de la Sed, que sale de la parroquia de la Inmaculada y cuenta con unos 1.800 nazarenos; y de La Lanzada, con un paso de misterio que muestra al romano Longinos justo antes de clavarle a Jesús una lanza en el costado, con la Virgen, San Juan y las Tres Marías como testigos.

Se cierra esta jornada, antes de regresar a nuestro alojamiento de calidad en Sevilla, con las estaciones de penitencia de Las Siete Palabras, que tiene tres pasos, uno en el que aparece Jesús con la cruz a cuestas, otro en el que está crucificado, y un tercero de la Virgen Dolorosa bajo palio; de San Bernardo, hermandad de cuya existencia existe constancia desde 1748 y que sufrió la pérdida de sus imágenes titulares durante la Guerra Civil; de Los Panaderos, que como su propio nombre indica fue fundada por miembros de este gremio a finales del siglo XVI; y de El Baratillo, que sale de la pequeña capilla de la Piedad, en la céntrica calle Adriano, junto a la plaza de toros de la Maestranza.

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