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LUGARES PARA DISFRUTAR DE UN BAÑO EN LA PROVINCIA DE SEVILLA (II)

No hay nada mejor para combatir el calor del verano que darse un refrescante baño. Y la capital de Andalucía, cuya belleza y grandiosidad monumental hemos decidido conocer alojados en un apartamento en el centro de Sevilla, cuenta con muchas alternativas para que las altas temperaturas no sean un problema. Además de las consabidas piscinas, municipales o privadas, y de las playas de Huelva y Cádiz, las primeras a unos 45 minutos en coche y las otras a no más de 1 hora y media, el Parque Natural de la Sierra Norte, que forma parte de la Reserva de la Biosfera ‘Las Dehesas de la Sierra Morena’ de la UNESCO, cuenta con algunos lugares llenos de encanto donde darnos un chapuzón.

En un artículo anterior, mientras disfrutábamos de un cómodo alojamiento en Sevilla, hemos conocido los Lagos del Serrano, ubicados en el término municipal de Guillena, aunque el pueblo que está más cerca, a unos tres kilómetros, es El Ronquillo, lugar donde también se encuentra el embalse de la Minilla; el Pantano del Pintado, el de mayor tamaño de la provincia, situado en el discurrir del río Viar, y recogiendo aguas también del Rivera de Benalija en el pueblo de Cazalla de la Sierra; y El Martinete, un espacio natural de extraordinario belleza donde podemos admirar, ya que todos ellos son lugares perfectos para practicar senderismo o montar en bicicleta, el Monumento Natural Cascadas del Huéznar, un arrebatador paisaje de formaciones calizas donde el río que le da nombre tiene su nacimiento.

En esta ocasión, aunque el nombre evoque tierra muy lejanas no nos vamos a alejar mucho de nuestro apartamento turístico en Sevilla, ciudad de la que más tarde repasaremos aquellos lugares que no podemos dejar de visitar.  Y es que nos vamos a Isla Margarita, conocida también como isla del pescador (por una estatua que rinde homenaje a esta figura que está instalada en esta área recreativa), ubicada en la carretera que une Cazalla de la Sierra, a cuyo término municipal pertenece, con el municipio de San Nicolás del Puerto. En verano, este lugar cuenta con un microclima que nos permite combatir los rigores del intenso calor, además de mostrarnos un paisaje excepcional al estar junto a la Vía Verde de la Sierra Morena de Sevilla, uno de los caminos más transitados y populares del Parque Natural tanto a pie como en bicicleta.

En San Nicolás del Puerto, precisamente, contamos con la única playa fluvial de la provincia sevillana, unas aguas que pertenecen al río Galindón y que discurren bajo un puente romano que está catalogado como una de las construcciones de mayor antigüedad de la comarca. Aprovechando el cauce del río, este delicioso espacio para el baño se construyó allá por 1974, atrayendo cada año a muchos visitantes. Cuenta con servicios tan interesantes como una escalera para facilitar la llegada a la zona de baño, así como accesos para personas con discapacidad. Incluso existen varios chiringuitos donde poder tomar un refrigerio o comer.

Cuando hablamos del Pantano del Pintado hicimos referencia a que recogía aguas del Rivera de Benalija, aguas que son nuestro siguiente destino. Se extiende a lo largo de la zona sur del pueblo de Guadalcanal, separándolo de los municipios de Alanís y Cazalla de la Sierra. Su camino hacia el Pantano está cubierto de una frondosa vegetación de ribera que nos permite contar con muchos espacios de sombra donde sentarnos a descansar o a tomar algún refrigerio. Al tratarse de un arroyo de poca profundidad y no demasiado cauce de agua es posible que en los años menos lluviosos llegue a secarse. Como curiosidad, junto al arroyo hay unos molinos harineros, los molinos del Jorobado, que permanecieron en funcionamiento hasta finales del siglo XX.

Cambiamos ahora la dirección y desde nuestro alojamiento turístico en Sevilla nos dirigimos hacia el sur, hacia la localidad de Villaverde del Río, donde nos encontraremos con Las Calderas. Un espacio natural que se compone de cuatro piscinas naturales sobre la roca de granito sobre las que caen diferentes cascadas y que forman parte del arroyo de los Siete Arroyos, cuyas aguas, que nacen en la últimas estribaciones de la Sierra Norte, en Castilblanco de los Arroyos, acabarán fundiéndose con el río Guadalquivir en la zona de la Vega media. El camino hasta las pozas es de dificultad media porque, aunque no hay más de 7 kilómetros, hay que atravesar algunas zonas rocosas algo resbaladizas y senderos con bastante vegetación.

Como nos hemos alojado en un apartamento bien situado en Sevilla, podemos aprovechar los momentos de menor calor para darnos un paseo hasta ese triángulo Patrimonio de la Humanidad que conforman la catedral, templo gótico más grande del mundo, siempre acompañada de su inseparable Giralda; el Alcázar, con unos jardines que cuentan con plantas llegadas de los cinco continentes y unas estancias de insuperable belleza; y el Archivo de Indias, memoria viva de aquellos tiempos en que en España ‘no se ponía el sol’.

También merecen una visita el Parque de María Luisa, que nos sirve de puerta natural de entrada a la Plaza de España, quizás uno de los mayores iconos arquitectónicos de la ciudad, obra del sevillano Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929. En un orilla del río Guadalquivir está la Torre del Oro y en la otra el barrio artístico y marinero de Triana. Otra opción es darnos un paseo por el barrio de Santa Cruz, antigua judería de la ciudad. Y para los amantes del arte, nada mejor que el Museo de Bellas Artes, una de las más interesantes pinacotecas de España, y, en el antiguo Monasterio de la Cartuja, en Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

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