Monasterio

VISITA AL ANTIGUO MONASTERIO DE LA CARTUJA DE SANTA MARÍA DE LAS CUEVAS (I)

Son muchos los encantos con que cuenta la capital de Andalucía. No hace falta más que darse una vuelta, mientras disfrutamos de un apartamento turístico en Sevilla, por el espacio Patrimonio de la Humanidad que conforman la catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias. La primera pasa por ser el templo gótico más grande del mundo, vigilado siempre desde las alturas por uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, la Giralda, antes minarte musulmán y hoy campanario cristiano. El Alcázar, por su parte, es el palacio real en uso más antiguo de Europa y visitarlo es dejarse sorprender por sus suntuosas y bellas estancias y por unos jardines que albergan especies vegetales llegadas desde los cinco continentes. Y, finalmente, el Archivo de Indias, memoria viva de los dominios españoles de ultramar en aquella España en la que no se ponía el sol.

Tampoco pasan inadvertidos el barrio de Santa Cruz, antigua judería de la ciudad y desde su restauración uno de los rincones con más encanto de la ciudad, siendo visitado cada año por miles de curiosos que disfrutan de sus calles y plazas; la Torre del Oro, otro de los símbolos de la ciudad, a la que podemos llegar dando un pequeño paseo desde nuestro alojamiento en Sevilla; el Parque de María Luisa, en el pasado jardín privado de los duques de Montpensier y en la actualidad lugar de encuentro y paseo de los sevillanos; o la Plaza de España, con su canal navegable en pequeñas embarcaciones y sus bancos de azulejos representando a todas las provincias españolas, símbolo indiscutible de la Exposición Iberoamericana de 1929 y obra principal del gran arquitecto sevillano Aníbal González.

Podemos también cruzar a la otra orilla del río, sin alejarnos demasiado de nuestro apartamento en el centro de Sevilla, y visitar el marinero y artístico barrio de Triana, donde podemos visitar el antiguo castillo de San Jorge o hacer un alto en el camino antes de regresar a nuestro alojamiento en el centro de Sevilla para descansar tomando alguna típica tapa sevillana.

Y en las afueras, en la localidad de Santiponce, donde deberemos acercarnos en coche desde nuestro alojamiento para toda la familia en Sevilla, podemos acercarnos a conocer el enclave arqueológico de Itálica o el Monasterio de San Isidoro del Campo. Otro de esos muchos encantos con que cuenta la ciudad y su provincia, en el que nos vamos a centrar en la visita de esta semana, es el antiguo Monasterio de la Cartuja de Santa María de las Cuevas, sede en la actualidad del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC).

Se trata de uno de los cuatro monasterios cartujanos existentes en Andalucía, junto a la Cartuja de Granada, la Cartuja de Cazalla de la Sierra (Sevilla) y la Cartuja de Santa María de la Defensión (Jerez de la Frontera – Cádiz). Antes de ser usado para mayor gloria de Dios, estos terrenos fueron utilizados en el siglo XII por los almohades para instalar hornos alfareros, dada su proximidad al río y la abundancia de arcillas (material que más tarde seguiría siendo modelado por los alfareros de Triana).

Cuenta la leyenda que el descubrimiento en una de las cuevas que había en el lugar de una imagen de la Virgen, allá por 1248, hizo que allí se construyera la ermita de Santa María de las Cuevas. Las gestiones para fundar un monasterio se producen a finales del siglo XIV, cuando el arzobispo Gonzalo de Mena entrega la ermita a los franciscanos.

Entre los visitantes ilustres del lugar se encuentra Cristóbal Colón, quien consultó documentos en la biblioteca del monasterio para preparar la defensa de sus argumentos en Salamanca antes de realizar su primer viaje, además de usar las estancias del edificio para hospedarse mientras estaba en la ciudad, hecho histórico decisivo para elegir la isla de la Cartuja como sede de la Exposición Universal de 1992. Aquí estuvo la tumba del almirante entre 1509 y 1523, antes de que sus restos fueran enviados a Santo Domingo, para volver a Sevilla en el siglo XIX.

Tras ser desamortizado en 1836 fue usado como prisión, albergando a unos doscientos reclusos. Más tarde fue comprado por el comerciante de Liverpool, Carlos Pickman, quien convirtió el edificio en su fábrica de loza. En este tiempo se levantaron los diez hornos de botella que dan originalidad al conjunto monumental. Fue declarado Monumento Nacional en 1964 y albergó el pabellón Real en la Exposición Universal de 1992, que tuvo lugar en Sevilla con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América. Aquí tiene hoy en día sus talleres el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico y desde 1997 comenzó a funcionar también como museo al convertirse en sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC).

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